sábado, 30 de mayo de 2015

Pelea en Mojón Blanco.


Visitamos a los cárdenos buendías de Felipe Bartolomé, ganadería que sigue fiel a un encaste a pesar de las dificultades a las que se han visto sometidos desde hace varios años ya. 

Los buendías de Felipe siguen fieles a sus hechuras bajas, terciadas, recogidos y redondos, chatitos y discretos de cara, pero de gran expresión en la mirada, lo que transmite un profundo respeto. El maestro Esplá, un día afirmaba que precisamente eso, la mirada y la carita cortita era lo que realmente imponía a los toreros ese respeto y ese miedo que con el paso de los años ha acabado pasando factura a estos toros. 

Muchos dicen que este toro "no tiene plaza". Grave error, puesto que sí la tiene, ya que para lidiarse un toro, éste debe tener trapío, y estos toros lo tienen, sobradamente. 

No vaya a ser yo quien describa el comportamiento de los santacolomas-buendías, por todos más que conocido. Pero yo lo resumiría de una forma muy simple: nunca es fácil. El que es bravo exige, impone y hace sudar al que tiene delante. El que no lo es, nunca lo pone fácil: espera, observa, se reserva las embestidas.  Y  entre ambos extremos, existe un amplio abanico de posibilidades de comportamientos, difíciles de entender en ocasiones, y que exigen una lidia exacta. Exige a su matador que ponga en práctica la teoría que en ocasiones, todos pecamos de predicar sin el ejemplo y de "boca pa´fuera".

Esta ganadería, o mejor dicho, este encaste siempre tuvo su lugar en las grandes ferias. Y fueron rifados por las figuras de aquellos años. Hoy se encuentra marginado por el sistema y más claramente, por los toreros, quienes no los quieren ver ni en pintura. 

Un encaste único y que debe ser necesario proteger. 

Pues en Mojón Blanco se engancharon un número 7 y número 8, quizá demasiado pesados y luciendo unas culatas excesivamente regordías. Pero menuda forma de engancharse. Hasta que el cárdeno claro, número 7, dijo que no quería más y salió huyendo. Sin embargo, el número 8 cárdeno oscuro lo persiguió durante más de 50 metros en una carrera desenfrenada en busca de la pelea. 

La sangre sigue caliente en los buendías de Felipe Bartolomé. 












La Zorrera, en primavera.

Un regalo para la vista andar por tierras de La Zorrera. Fue tan sólo una hora y cuarto, problemas de agenda, pero suficiente para apreciar las dos próximas camadas y parte de la presente, y reconocer la seriedad de las mismas.

Abunda la variedad de pelos, qué barbaridad!: negros en todas sus variedades, castaños, colorados, chorreados, jaboneros, burracos, cárdenos, ensabanados, sardos…, la uniformidad de hechuras y las defensas íntegras, sin fundas y astifinísimas.

Lo dicho, un auténtico regalo para la vista por varios motivos. A los ya comentados anteriormente, se suma la belleza de la primavera. El campo está verde con la hierba por la panza. Los animales empiezan a rematarse, a lucir hechuras, pelo fino y brillante. La paz del campo se contrarresta con los movimientos del coche, tratando de buscar la pose y mirada del toro.

Un espectáculo digno de ver, vivir y sentir.

Posdata: En los corrillos taurinos se habla que los “CebadaGagos” volverán a pisar la Estafeta en 2016. Leí en twitter hace unos meses de manos de @secreto_bravura: “Pamplona necesita a Cebada y Cebada necesita Pamplona”. Es totalmente cierto. La vimos, y es un espectáculo…



























domingo, 24 de mayo de 2015

Descansa en paz, Don Tito!


Somos una peña taurina joven y humilde. Joven porque la media de edad ronda los 33 y humilde porque nacimos siendo un grupo reducido de amigos, no más de una veintena, una treintena en los años de abundancia… y hoy día seguimos rondando ese número. 20 socios, más menos 2 o 3 según el año.


Sin embargo ya hemos conocido (y por partida doble), la crudeza de perder a un socio. Y lo que es peor, a un amigo. De no volver a verlo más. De irse para no volver. De estar bien, a no estar. De repente.

Alberto Millán, más conocido como Albertito Pasku, de ahí su más común nombre de Tito, se marchó ayer a medio día. 30 años, una hija de 4, pareja, hermanos, padres y abuelos se deja. Y toda una vida por delante.


Tito fue siempre peñista y socio de la Comissió Taurina Donat Aire. Es más, fue la única comisión taurina a la que perteneció en toda su vida. Desde que arrancamos en esto, él tenía claro que, o estaba en la Donat Aire, o no estaba en ninguna. Realmente, Tito no fue nunca un gran aficionado a los toros. No lo llevaba en la sangre, a diferencia de mucho de nosotros.

Sin embargo, Tito era aficionado a estar con sus amigos. Tito era aficionado a reunirse en la peña con buena compañía. Aficionado a hacer una cena en la sede de carne a la piedra, de paella de boletus, pato y foie. Aficionado a los almuerzos en la sede a base de carne a la brasa. Aficionado a las capeas de la comisión. Aficionado a viajar a Andalucía dos o tres días, visitar ganaderías e intentar adquirir “un portaaviones” como él mismo decía. Aficionado a compartir momentos con la Comissió Taurina Donat Aire, por la que sentía, desde hace varios años, especial devoción y cariño. 

“Somos la mejor peña de este pueblo”, repetía en el grupo de wasap.







Tito era una persona… como todos, con sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas. Pero de muy buen fondo. De mucha nobleza interior. Muy querido en Meliana y por supuesto, muy querido en su Comisión taurina. Tito era una de las personas necesarias en la Comisión. Porque con él, las risas estaban aseguradas. Otra cosa no, pero risas sí.

“Cuando el coli lleve tres horas preparando la cena me llamáis, para ir a mesa puesta”. Pocas veces faltaba esta broma del Tito cuando organizábamos una cena en la sede. El nunca iba a organizarla, él iba a mesa puesta. Y por si fuera poco, lo reconocía públicamente ante las risas de todos nosotros. Momentos como el de la foto de abajo eran habituales y constantes. 



Tito siempre participaba de todo cuanto organizábamos en la comisión. Comidas, viajes, capeas. No fallaba a ninguna. Por eso, a pesar de no llevar el toro en la sangre, su pérdida deja un hueco irremplazable en la Comissió Taurina Donat Aire y en todos los socios de esta casa.

Almorzando en El Palomar. 

En casa de Daniel Ruiz. 



En casa de Jose Luis Pereda, Rosal de la Frontera. 

La Zorrera, de Cebada Gago. 

Saliendo de Osuna, dirección Castillo de las Guardas. 

En lo de Felipe Bartolomé. 

Cena en Triana. Por todos estos ratos junto a Tito. 

En El Grullo, Núñez de Cuvillo. 

Mañana iremos a despedirte Tito. Como creemos que te mereces. Con dolor y con pena. Con resignación pero guardando un recuerdo tuyo que ni el tiempo podrá borrar. Las personas queridas siempre dejan huella al marcharse, y tú no ibas a ser menos. 

Siempre tendrás tu plaza reservada en la Comissió Taurina Donat Aire. En tu peña.


Donde quieras que estés, Descansa en Paz, DON TITO!