martes, 23 de abril de 2019

Seriedad "Marca" de la casa.

Una camada de escándalo. Así me atrevo a definir la camada que José Luís Marca tiene preparada en Valdecuello para el 2019.

Y escandalosa es en cuanto a hechuras y trapío. Porque los hay tremendos de serio, tanto que servirían para las primeras plazas de España. Y porque los hay con unas hechuras envidiables, que también servirían para las mismas.

Sin embargo estos toros fuertes y con trapío no los veremos en una plaza. Los veremos en las calles y con total seguridad, de la CV. No lo escribo con nostalgia. O quizá un poco sí, porque a todo buen aficionado nos gustaría verlos en una plaza. Pero benditas calles! Benditas calles que nos permiten disfrutar de esto. De lo contrario, imaginemos el destino que tendrían. Y el destino que tendríamos. 

Algunos toros de la camada de este 2019 podemos verlos aquí. Destacar la cantidad de pelo jabonero, casi la mitad de la camada. Uno de ellos, un número 17 con unas hechuras perfectas, lo veremos en Meliana (Valencia) allá por agosto. Un verdadero tacazo. Un servidor y sus compañeros cerraron el trato de este toro con su ganadero tras verlo. Como joya, quedarme con un castaño número 25, reseñado para una plaza de toros todavía sin destino. Fijaros las hechuras, la conformación de pitones, la expresión. El trapío, en general, sin ninguna exageración. Un pedazo de toro.

Un placer visitar esta ganadería y cerrar trato con su ganadero. Gracias a Manuel, su joven conocedor, por el trato recibido.























sábado, 13 de abril de 2019

Gerardo Ortega. La camada torera.



Durante los últimos años, la ganadería de Gerardo Ortega ha estado en boca de un gran número de aficionados, sobre todo de los aficionados a los festejos populares y para ser más concretos, los aficionados de la Comunidad Valenciana. El motivo no es otro que las dos o tres temporadas seguidas que ha lidiado en las calles del Levante. Ejemplares extraordinarios, que dieron un juego brutal, repitiendo y reponiendo sin parar. Más de una hora seguida embistiendo, derrotando y moviéndose. Todos recordaremos aquellos ejemplares lidiados en Puzol, El Puig o en Museros, donde aquél Desgreñado pasó a formar parte de la historia del pueblo.


Pero no es sólo es emotivo por el que la ganadería de Gerardo ha estado en boca de todos. También por su trapío. Los toros que ha presentado en la CV han sido serios a rabiar. Con cara y cuerpo para una plaza de primera fuerte. 

Este año, la camada que pasta en Los Llanos quizá sea diferente a la que nos ha tenido acostumbrados, pero no por ello peor. En absoluto. Sin haber un toro exagerado, todo lo que espera a ser lidiado es bonito a rabiar. Como dice el título de esta entrada, muy torera. Con las caras en su sitio pero sin asustar. Con unas hechuras más armónicas imposibles. Con volúmenes justitos, no hay ni uno grandón, pero en conjunto de gran belleza. Un número 23, rabón, es un tío y un número 24, muy parladeño, es un taco de aúpa. 

Para muestra, un botón. Un gran número de estos toros se lidiarán de nuevo en festejos populares. Como dice el propio Gerardo “yo tengo que comer y que pagar facturas. No puedo esperar a cobrar una corrida un año y eso en el mejor de los casos”. 

Desde este rincón, desear suerte a Gerardo como ganadero –le van a embestir, seguro- y como persona.
 

















viernes, 5 de abril de 2019

Salvador Domecq.

La última vez que visité la mítica finca El Torero, propiedad de D. Salvador Domecq, en término de Vejer de la Frontera fue en 2011. Entonces me desplacé hasta allí para ver un posible toro para las calles, sobrero de Zaragoza del año anterior. Aquella visita fue bonita, cortita pero bonita. El gran Campitos -hombre amable y entrañable- junto con su pequeño nieto de tan sólo tres o cuatro añitos nos atendieron estupendamente.

Volvía a EL Torero hace apenas dos semanas, con la misma intención que hace 8 años. Y volvía con la misma ilusión y respeto que entonces. Siempre me ha encantado esta ganadería, por su historia, por su trayectoria y por su concepto de bravura.

No ha habido trato con la ganadería, pero la visita me permitió ver la camada para este 2019. Toros fuertes y serios, quizá un pelín desigual en cuanto a caras, pero de hechuras parejas y rematadas. Abunda el pelaje negro, pero también los hay castaños, chorreados y un burraco. Esta ganadería siempre buscó el motor y la gasolina en sus toros, de ahí vino el nombre de Salvador "El Bravo" y por eso esta ganadería tiene la aceptación de gran parte de la afición.

Agradecer al mayoral el trato recibido y la predisposición para que pudiéramos ver los toros.