Amaneció bueno... pero el día acabó bastante peor de lo que empezó. A eso de las 16:00 arrancó un viento que dejaba entrever que la tarde iba a ser durita. Con el viento llegó el frío. El sol se escondió y por momentos chispeó. A las 17:00, poco más de un cuarto de entrada.
Resumiendo: poco público, viento y frío. Y presentimientos no muy positivos.
El resto, es fácil de imaginar. Los 6 de miura no regalaron ni un muletazo. Reservones, duros de patas, agarradísimos al piso, mirones. Unas prendas de mucho cuidado.
Lo mejor llegó de la mano de Tito Sandoval. Como siempre, protagonizó una interesante suerte de varas frente al único que peleó dignamente en el caballo.
Al finalizar el festejo, una llamada telefónica interrumpió al propio Antonio Miura, con quien un servidor, justo en ese mismo momento, estaba compartiendo la opinión de la corrida. En ese momento, Antonio Miura le pasaba el parte a su hermano Eduardo, quien aguardaba en Zahariche. "Durita, durita... para que luego digan que los miuras de hoy se dejan"
Una lástima. Aunque por suerte, al mes llegó Sevilla y La Maestranza y los miuras demostraron que donde hay, siempre queda. Premio doble: a la mejor corrida y al mejor toro.
Deseoso de ver embestir a los miuras este 2014. Con su forma particular y única de embestir. Con sus dificultades. Con su casta, genio o mansedumbre. Pero que ofrezcan emoción y espectáculo. Y que nadie se aburra.
Incluso volaron capotes....
Una prenda este quinto de Robleño...
...quien estuvo a punto de escuchar los tres avisos....
La llamada del ganadero Antonio a su hermano Eduardo: "Durita, durita... para que luego digan que los Miuras de hoy se dejan".
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