Somos una peña taurina joven y humilde. Joven porque la
media de edad ronda los 33 y humilde porque nacimos siendo un grupo reducido de
amigos, no más de una veintena, una treintena en los años
de abundancia… y hoy día seguimos rondando ese número. 20 socios, más menos 2 o
3 según el año.
Sin embargo ya hemos conocido (y por partida doble), la
crudeza de perder a un socio. Y lo que es peor, a un amigo. De no volver a verlo más. De irse para no volver. De
estar bien, a no estar. De repente.
Alberto Millán, más conocido como Albertito Pasku, de ahí su
más común nombre de Tito, se marchó ayer a medio día. 30 años, una hija de 4,
pareja, hermanos, padres y abuelos se deja. Y toda una vida por delante.
Tito fue siempre peñista y socio de la Comissió Taurina
Donat Aire. Es más, fue la única comisión taurina a la que perteneció en toda
su vida. Desde que arrancamos en esto, él tenía claro que, o estaba en la Donat
Aire, o no estaba en ninguna. Realmente, Tito no fue nunca un gran aficionado a
los toros. No lo llevaba en la sangre, a diferencia de mucho de nosotros.
Sin embargo, Tito era aficionado a estar con sus amigos.
Tito era aficionado a reunirse en la peña con buena compañía. Aficionado a
hacer una cena en la sede de carne a la piedra, de paella de boletus, pato y
foie. Aficionado a los almuerzos en la sede a base de carne a la brasa.
Aficionado a las capeas de la comisión. Aficionado a viajar a Andalucía dos o
tres días, visitar ganaderías e intentar adquirir “un portaaviones” como él
mismo decía. Aficionado a compartir momentos con la Comissió Taurina Donat
Aire, por la que sentía, desde hace varios años, especial devoción y cariño.
“Somos
la mejor peña de este pueblo”, repetía en el grupo de wasap.
Tito era una persona… como todos, con sus cosas buenas y sus
cosas no tan buenas. Pero de muy buen fondo. De mucha nobleza interior. Muy
querido en Meliana y por supuesto, muy querido en su Comisión taurina. Tito era
una de las personas necesarias en la Comisión. Porque con él, las risas estaban
aseguradas. Otra cosa no, pero risas sí.
“Cuando el coli lleve tres horas preparando la cena me llamáis,
para ir a mesa puesta”. Pocas veces faltaba esta broma del Tito cuando
organizábamos una cena en la sede. El nunca iba a organizarla, él iba a mesa
puesta. Y por si fuera poco, lo reconocía públicamente ante las risas de todos
nosotros. Momentos como el de la foto de abajo eran habituales y constantes.
Tito siempre participaba de todo cuanto organizábamos en la
comisión. Comidas, viajes, capeas. No fallaba a ninguna. Por eso, a pesar de no
llevar el toro en la sangre, su pérdida deja un hueco irremplazable en la
Comissió Taurina Donat Aire y en todos los socios de esta casa.
Almorzando en El Palomar.
En casa de Daniel Ruiz.
En casa de Jose Luis Pereda, Rosal de la Frontera.
La Zorrera, de Cebada Gago.
Saliendo de Osuna, dirección Castillo de las Guardas.
En lo de Felipe Bartolomé.
Cena en Triana. Por todos estos ratos junto a Tito.
En El Grullo, Núñez de Cuvillo.
Mañana iremos a despedirte Tito. Como creemos que te
mereces. Con dolor y con pena. Con resignación pero guardando un recuerdo tuyo
que ni el tiempo podrá borrar. Las personas queridas siempre dejan huella al marcharse, y tú no ibas a ser menos.
Siempre tendrás tu plaza reservada en la Comissió Taurina
Donat Aire. En tu peña.
Donde quieras que estés, Descansa en Paz, DON TITO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario