He sentido una pena inmensa al leer esta mañana que había fallecido Daniel Ruiz. Una pena que me ha impulsado a escribir estas líneas desde este humilde rincón virtual que lleva mucho tiempo sin abrirse ni actualizarse.
Todos sabemos quién era Daniel
Ruiz. Ese ganadero de personalidad fuerte, marcada y arrolladora, polémico en
ocasiones por sus declaraciones pero que
todas las figuras lo buscaban en sus compromisos importantes. A este Daniel
Ruiz lo conocíamos todos los aficionados y como todo en la vida, unas veces
coincidíamos con él y otras discrepábamos.
Un día, siendo mis hijos mellizos muy pequeños -apenas un par de años- andaba por Cortijo del Campo con mi coche y pinché una rueda en el camino que va a Vianos. No tenía cobertura, y me ví en un panorama con dos críos tan pequeños.
Allí apareció Daniel que iba a mover sus corridas y por supuesto no dudó en ayudarme. Paró su coche, subimos con él, llamó a su mayoral Juan para que trajera un gato de tractor, nos llevó a un sitio con cobertura, llamé a la grúa, regresamos al coche, esperamos hasta que llegó la grúa y finalmente cargó el coche la grúa. Todo ello sin separarse de nosotros y haciendo la espera agradable y distraía, repasando los toros y las vacas mientras y charlando, por supuesto, de toros y toreros.
Guardo muchos recuerdos en Cortijo del Campo con Daniel Ruiz, y siempre le estaré agradecido porque desde el primer momento me permitió disfrutar, a mí y a mi familia, de su toro bravo en su casa y de esas conversaciones que guardaré para siempre.
Descansa en Paz, ganadero.
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