miércoles, 6 de junio de 2018

Mi reaparición por Las Cobatillas… (II/III)

Seguía recorriendo los cercados de las Cobatillas con Paco Gómez, a tractor, mientras los cárdenos no nos quitaban ojos. Como decía en la anterior entrada, en Las Cobatillas nada ha cambiado. Siguen los toros hermanados de dos en dos en cada cercado. Ni uno más. Funciona la idea para evitar bajas consiguiendo que se peguen menos, aunque no siempre se consigue.Prueba de ello es este número 8. Un tío, válido para cualquier plaza, sin ojo derecho. Una gresca con sus hermanos tuvo esta fatal consecuencia.



Ahora mismo, su compañero de cercado es una auténtica joya número 26. Si tuviera que elegir uno, sería este. Los hay con más cara, más agresivos o con más peso. Pero creo, al menos así lo ví yo, que no hay otro más guapo que él. La belleza pintada en cárdeno. Una barbaridad de toro. Ahora mismo está reseñado para Dax. Le seguiremos la pista.



El resto de toros lucen un tipo extraordinario. Redondos como pelotas, cuajados y musculados, pero sobre todo muy entipados. Tanto, que los “AnaRomeros” se diferencian y reconocen a distancia.
Seguíamos la ruta, y en el siguiente cercado asomaban unas caras veletas y agresivas que nos indicaban posibles destinos para aquellos cárdenos…













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