viernes, 25 de mayo de 2018

Mi reaparición por Las Cobatillas... (I/III).


Una agenda comprimida, tanto por motivos laborales como familiares, había traído como consecuencia que mi regreso por tierras gaditanas de Alcalá de los Gazules se retrasara, por desgracia, demasiado tiempo. Sin embargo, la espera tiene esas cosas buenas porque lo deseado, cuando lo saboreas, sabe mucho mejor.

Mi reaparición por Las Cobatillas –finca donde pastan los santacolomas de Dña. Ana Romero- no pudo ser más afortunada. En Las Cobatillas todo sigue igual.

Sigue igual Lucas Carrasco, ganadero al frente de la vacada, con quien tuve la suerte de encontrarme allí un miércoles 16 de mayo a las 16:00. Sigue igual su hospitalidad, sigue igual su forma de proceder, y por suerte la mía, sigue igual el trato con él. Igual o mejor. Y eso es de agradecer. Agradecer es que te abran las puertas de par en par y te complazcan de esta forma. Por allá en 2008 pasamos un extraordinario día en mi pueblo, Meliana, con motivo de la Semana Cultural Taurina y me confiesa que aquella paella que comimos aquél día en los salones de la vieja Penya La Forca de Meliana, fue la mejor paella que jamás había probado. Un verdadero orgullo!

No sigue igual Paco Gómez. Sigue mejor. El mayoral de la ganadería rebosa categoría por los cuatro costados. “Vente cuando quieras. Aquí estoy”. Esa fue su carta de presentación cuando le llamé días antes. A nivel personal es un tipo extraordinario. De los que echas de menos y con los que quieres estar porque con ellos el tiempo vuela. No entraré en valoraciones sobre su persona porque me faltaría tinta. Pero sí destacaré su papel de mayoral. Probablemente, Paco esté en peligro de extinción. Y con eso, cualquier comentario sobra. Mayoral de los de verdad. De esos que además de serlo, hay que parecerlo. De los que aprendes con él cada minuto que conversas. De los que cuentan, explican, detallan. De los que después de un porrón de años lo aprecias de verdad. De los que te ofrecen pasar el día a su lado y sin darse cuenta te están haciendo un hombre feliz. Paco Gómez, mayoral de los que ya no quedan. O quedan, pero muy poquitos. Tres horas paseando por Las Cobatillas dan para mucho toro, mucha vaca, mucha plaza y mucho torero. Y una hora sentados en el tractor con el motor apagado, hablando de la vida, da para más.

Con Paco Gómez, en Las Cobatillas en 2013.

Y siguen igual esos cárdenos con mirada viva y penetrante, con hechuras armónicas y redondos como pelotas, con el  hocico chatito, las manitas cortas y fuerte pecho. Esos cárdenos siguen manteniéndose fiel al tipo de toro que en su día creó D. Joaquín Buendía, pero algo muy relevante hay que destacar: Siendo una ganadería corta y sin alejarse del tipo característico, Lucas y Paco, Paco y Lucas, han conseguido un toro con el trapío para plaza gorda. Y eso señores, eso es muy jodido. Cualquier ganadería que proceda de alguna rama ibarreña puede tenerlo más fácil. Sin embargo, conseguir en esta casa un toro con plaza sin ninguna exageración -teniendo en cuenta la moda e imposiciones actuales-, insisto, eso debe ser muy jodido de conseguir.

Pues en Las Cobatillas existe este toro. La camada de este año es exquisita. Una bonita novillada para Hagetmau, un corridón para Azpeitia, una perfecta corrida para Dax y varios toros de aúpa para el desafío ganadero en Madrid conforman los toros para este 2018. Ah! Y un tío, que perdió un ojo en una trifulca con sus hermanos, que su destino será las calles.

Veamos en esta primera entrada del blog la corrida que hay preparada para Azpeitia. Nunca he pisado esta plaza, por lo que desconozco el trapío que allí se exige. Pero de lo que sí estoy seguro, es que la corrida presentada por Lucas y Paco será ovacionada, al menos, de salida. 

Y ojalá lo sea mientras desfilan las mulillas…

















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