miércoles, 23 de abril de 2014

Las verdades de Fernando Cuadri.

Me quito el sombrero al leer a Fernando Cuadri en el número 1908 de Aplausos. He tenido la suerte de conversar con él, de tenerlo en mi pueblo durante las jornadas de la Semana Cultural Taurina de Meliana, de compartir cena a su lado y de visitar Comeuñas una decena de ocasiones.

Su singular forma de expresarse transmiten confianza, cercanía y verdad.

Fernando Cuadri y un servidor, en octubre del 2008 en Comeuñas. 

Sus declaraciones sobre "Aragonés" no tienen desperdicio alguno:

Fernando se extiende en detalles del toro Aragonés, que le correspondió a Israel Lancho, era cinqueño, de reata que ni fú ni fa y una particularidad que traía de los nervios a quienes eran sabedores de ella, que en el campo era un auténtico burro. No sólo acogía la presencia del hombre con la proverbial tranquilidad de la casa sino que se acercaba a la gente para olerla. Lo metían en los corrales y ni se mosqueaba. En 2007 estuvo de sobrero en Sevilla y volvió al campo sin que se atisbase cambio de carácter o comportamiento, seguía sin enfadarse por nada. Lo llevaron a Madrid, y como si estuviese en el campo, llegó a los corrales, comió, se echó, observó... y nada. ¡Como si aquello no fuese con él! Tampoco se lidió y volvió para el campo donde lo vendieron el año siguiente para lidiarse en las calles de un pueblo de Castellón y mira por donde...

"El año siguiente tuvimos mala suerte con la corrida de Madrid. Teníamos nueve toros y comenzaron las bajas de tal manera que a la hora del embaque teníamos seis toros contando con "Aragonés". En la plaza se lastimaron otros dos y nos quedamos con cuatro y con cuatro toros en Madrid nuestro criterio es quitar la corrida, no seguir adelante, pero se daba una circunstancia que fue determinante, veníamos de un petardo gordo en Sevilla y en ganaderías como la nuestra a diferencia en las que llaman toreristas que dependen de los toreros, nosotros dependemos del aficionado y el termómetro es ganas algún premiecillo de vez en cuando para mantener la llama encendida". 

Fernando que recuerda que reunió a sus hijos y a sus sobrinos con los que mantiene un régimen de intercambio de opiniones absoluto y les expuso la situación, el cruce de caminos donde les habían llevado las circunstancias y la necesidad de elegir: les dijo que lo lógico y lo que debía hacerse era retirar la corrida pero que después de lo de Sevilla se podría contemplar lidiar los cuatro a ver si uno hacía una gracia y se podía mantener el nivel. Y decidieron lidiar los cuatro. La corrida se remendó con dos toros de Hernández Pla que se lidiaron por delante, uno de los cuales cogió a Frascuelo. Los tres primeros cuadris no resolvieron nada. Ni buenos ni malos. Y quedaba Aragonés.

Aragonés, en Comeuñas. Foto tomada del blog http://torosyfaenas.blogspot.com.es/

"Mi mujer me decía que nos debíamos ir de la plaza. Yo, pensando en las cosas que había hecho siempre Aragonés creía lo mismo pero no me fui por responsabilidad y porque nos acompañaban como siempre los componentes de nuestra peña de Trigueros y no les iba a dejar allí". 

El toro, recuerda Fernando, salió como se había portado en el campo. Tranquilo, oliendo el suelo, sin enterarse, de tal manera que comenzaron a oírse pitidos. Lancho comenzó a encelarle con el capote y el toro medio enterarse hasta que le pegaron el primer puyazo y se convirtió en un torrente de bravura que acaparó todos los premios de San Isidro.

"Al acabar la corrida me quedé sentado en el tendido, pensando qué me había servido a mí estar toda la vida de ganadero si había tenido aquel toro dos años en el banquillo y al final incluso lo había vendido para las calles. Lo que te decía antes, en la ganadería te pasa la vida y no te enteras de nada o de casi nada". 

Y para finalizar, aquí adjunto el enlace de la lidia de este toro. Un video donde se muestra el toro que se ajusta al "modelillo" que Fernando tiene en su cabeza.

http://www.dailymotion.com/video/xyu1ff_israel-lancho-con-aragones-de-cuadri-en-madrid_lifestyle

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